El ladrido de un perro que se
interrumpe en seco, los coches que pasan lejanos, voces en
esta calle vacía que vuelan a otro espacio.
El frigorífico permanente, las
caladas a un cigarro, la tos
recurrente,el teclado del ordenador tentado por unas manos torpes, el crujido
de unas escaleras mal bajadas.
El pensamiento irreverente, los suspiros atropellados, las
bocanadas de aire, los sueños callados a base de mordazas.
Pasan las horas, los días, y este
ruido ahogado no enmudece...en medio ando yo: sonámbula, ignorante, equivocada. Busco
el silencio más absoluto, para oír las respuestas, para hacer las preguntas,
para encontrar la melodía…
Silencio, silencio, silencio, si
dejo de nombrarte tal vez aparezcas puro, sabio, verdadero.
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